[...con esa concentración obstinada del deseo que, como lo aprendería mucho más tarde, se vuelca sobre el objeto para abandonarse más fácilmente a la adoración de sí mismo, a sus construcciones imposibles que se emparentan, en el delirio animal, con la esperanza.] Juan José Saer... "El entenado"
No te odio sólo por el hecho de no odiarte/
Ni te lloro sólo por llorar/
En el espacio vacío que nos divide
me desahogo y van
y van y van...
Tonta rápida vida/
cita diestra/
De acuosidad en tus ojos
del mate de tus labios
era como otro, todo cambio...
Debería conocerse la dicha por las mañanas/
Debería de encontrarte un día de estos en alguna madrugada/
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario