2.4.09

I

“Entre días absurdos me encontraré casi siempre” ioet.



Con pasos disimulados me he acercado para decir.

Esperado a que mi respiración se contenga.

A que se sosiegue mi calma.

Después de un rato, he escuchado en lo profundo.

A través del trago vacilante y de la duda incipiente he descubierto el aire fresco que se encierra en el sin saber, en el permanecer quieto, en el descubrir ,en lo silencioso.

Me he repetido una y otra vez, me he repetido duplicando mis habéres.

He tomado agua de donde se a propuesto decir que no. Me he reído a expensas y he logrado acallar las voces. Ahora parece un juego, ahora parece ser que he recogido las piedras que en principio opté por dejar.

Al paso del tiempo me vierto en esperanzas, ahora me siento propio, fuerte y en alto precio.

Aun así lloro, por considerar las lágrimas como devoto consuelo, de la frustrante melancolía que aprisiona al destino propio y más alegre. Esa melancolía de saber que se es más que pretender siempre. Que el camino distingue perfecto entre los sentidos y latidos.

Me he dicho todo en un momento, he guardado los secretos para el lugar adecuado.

Me pongo de pie y en altiva pose fundo firme la mirada clara.

Espero el sonido auténtico de la razón ajena para caminar a donde se ha propuesto.

He alejado tanto mis impulsos que me he convertido en lo que siempre he sido.

Para decirme al final del todo.

Me pertenezco.

No hay comentarios: